De Yancheng a la capital provincial, manejar toma casi diez horas.
Para cuando llegaron a la capital provincial, ya eran más de las once de la noche.
Zhou Yu le dijo a Zhao Fei,
—Fei'er, es tarde. Encuentra un lugar para dejarme y tú deberías regresar rápido a la escuela.
Los ojos de Zhao Fei'er centellearon mientras hablaba.
—Hermano mayor, ¿has visto qué hora es? La escuela cerró hace mucho. ¿Cómo podría regresar? —Además, he estado manejando todo el día; estoy muerta de cansancio. Necesito dormir bien enseguida.
—¿Dormir? —Zhou Yu se sorprendió—. ¿En el auto?
—Por supuesto en un hotel. —Zhao Fei'er le lanzó una mirada.
—Bueno, entonces ve tú adelante.
—¿No vienes tú también?
—¡Todavía tengo cosas que hacer! —Zhou Yu respondió.