—¿Qué?
—Idioma de las hadas —dijo Isaac.
Islinda frunció el ceño:
—Pensé que las Fae hablaban inglés. Desde que llegué aquí, no he escuchado tal idioma.
Sin embargo, Isaac se rió de su ingenuidad:
—¿Así que no lo has notado?
—¿Notado qué? —el ceño fruncido de Islinda aumentaba mientras sentía que algo le estaba siendo ocultado y no era fanática de los secretos.
Al mismo tiempo, ella pasaba las páginas del libro, reconociendo que efectivamente la escritura era algo que nunca había visto. Los textos eran extraños pero elegantes.
—Actualmente estás hablando el idioma de las hadas —Isaac reveló el gran secreto que hizo que se le cayera la mandíbula.
—¡¿Qué?! ¡Eso es imposible! No sabes lo que dices, he estado comunicándome en inglés todo este... —Islinda discutía con él hasta que algo hizo clic en su cabeza y se detuvo.