—No tienes que rescatarlos, ten paciencia, voy a trabajar en algo y entonces, ¿qué tal si no vuelves al campamento y te quedas en otro lugar donde solo tú conoces ese sitio y debería ser un lugar seguro? —Su Wei Wei frunció ligeramente el ceño mirando a Huo Shen, quien había levantado su cabeza mirando en su dirección con la misma expresión.
—Sí, puedo ir allí... Pero, ¿cómo podría contactarte? ¿Cómo nos comunicaríamos? ¡Dejé todos mis teléfonos dentro de la oficina! —Li Ruo creía en Su Wei Wei y escuchaba con atención sus instrucciones. Si no la hubiera escuchado anoche, ¡no estarían hablando como lo están haciendo ahora! Le debía una vida.
—Supongo que tendré que acompañarte a casa antes de pensar en algo —Su Wei Wei suspiró en voz alta, antes de resolver todo esto, necesitaba estar en constante comunicación con ella y la única manera posible era tenerla de acompañante.