—Sí, soy Luo Qiao —respondió Luo Qiao con aplomo.
—Bastante bonita, la verdad, no me sorprende que hayas alejado a Jianing —dijo la chica mientras caminaba alrededor de Luo Qiao.
—Qiao Meng, cuida tu boca. Los asuntos de nuestra familia no son de tu incumbencia —explotó de rabia Luo Siyuan al oír estas palabras.
—Tu familia crió a Jianing durante quince años; ¿realmente les faltaba ese poquito de dinero para seguir apoyándola unos años más? ¿Fue culpa de Jianing lo que pasó en aquel entonces? ¿Por qué tenían que enviarla al campo? —dijo Qiao Meng, la chica.
—Lo diré de nuevo, Qiao Meng, no es asunto tuyo. No olvides, el sufrimiento que mi hermana soportó durante tantos años fue causado por los padres biológicos de Zhao Jianing —Luo Siyuan respondió.