—Ella es una vieja amiga de Matías y mía. Como una hermanita que solíamos cuidar. No la hemos visto en años después de que nos unimos al ejército. Eso es todo —respondió Alejandro.
—¿Hermana? No parecía así —dijo Kiara, aferrándose a su sospecha de que esta era la amante de Alejandro—. Tal vez se deba a que mis hermanos y yo no tenemos una relación cercana que me hace malinterpretar. Es terrible que no la hayan visto en años. Han trabajado demasiado duro.
Si Matías conocía a Rosa entonces Kiara podría obtener sus respuestas de él. Matías siempre estaba ansioso por complacerla. Aquellos desesperados por ascender en el palacio siempre besaban sus pies. Ella llegaría al fondo de esto rápidamente y si se habían dicho mentiras, alguien tendría que pagar el infierno.