—Esta es la única vez que te permitiría prender fuego a algo. ¿Por qué no te mueves? —preguntó Zayne mientras se levantaba, pero Rosa permaneció sentada. —No confío en ti con fuego donde estás.
—No es eso. ¿Puedes ir adelante para que pueda levantarme y estirar la manta? —preguntó Rosa, sin mencionar que no estaba vestida adecuadamente.
—Muy bien —respondió Zayne, dándose la vuelta para irse. La había interrumpido cuando pensó que estaría solo con Janice. —Te esperaré en la cocina.
Rosa se levantó rápidamente para mover la manta de modo que pudiera tirar de ella por el frente para evitar que se cayera. Luego se apresuró a ir a su habitación para cambiarse a un vestido. No podía quemar el papel y sostener la manta al mismo tiempo.
No estaba lista para estar tan expuesta frente a Zayne.