—Quizá exageré esta noche —dijo Rosa, moviéndose lentamente a causa de lo llena que estaba—. Pero todo estaba tan delicioso. Tienes dos talentos. Cocinar y hacer vestidos.
—También me han dicho que soy buena horneando. A mi esposo le encantaba el pan que hacía y el pastel que preparaba para su cumpleaños. Estoy pensando en hacer postres para la cena de Zayne, pero debo preguntarle si le gustan los dulces. Preguntaré por la mañana y luego iré al mercado —dijo Janice.
Continuó —Los ingredientes para el postre serán un poco más caros que todo lo demás que uso para la cena, salvo la carne, así que no puedo darte mucho, pero apartaré un pedazo para ti. Si necesitas algo, por favor dame la lista después del desayuno.
Rosa estaba emocionada de pensar en lo que quería del mercado, pero la realización de que no podría escribir la lista lo arruinó todo. —No necesito nada del mercado. Me despertaré temprano en la mañana para ayudarte a preparar la cena.