Diez minutos después, salí del dormitorio con una pequeña bolsa y un par de tacones altos rojos.
Bajando las escaleras, vi a muchas personas mirándome furtivamente. Era diferente a las miradas que había experimentado por la mañana. Me observaban con envidia y curiosidad, pero no me miraban por mucho tiempo.
Creo que fue porque había sido afectada por el aroma de Miguel y los demás, y aunque no había olor, todavía había una sensación de pavor sobre ellos.
Un pequeño incidente ocurrió cuando caminaba hacia el estacionamiento; me topé con Roberto.
Se veía peor que Alison, y estaba completamente desanimado. Fue por eso que no lo reconocí en un principio, y para cuando me di cuenta de que era él, no pude evitar encontrarme con él cara a cara.
Sentí mi corazón detenerse por un momento cuando nos cruzamos.