アプリをダウンロード
33.33% Traición (Harry Potter) / Chapter 2: Dulce Venganza

章 2: Dulce Venganza

 

Cuando abandono la mansión a su mente llegaron todos esos pensamientos y sentimientos que había deseado hasta entonces evadir, esperaba sentirse mal por lo que acababa de hacer, casi era capaz de saborear el mal sabor de la culpa envenenándola por rebajarse y ponerse a la misma altura que Ron, su marido, pero lo cierto es que estaba muy lejos de sentir culpa o de tener cualquier sentimiento similar al arrepentimiento. Siendo sincera con ella misma se sentía aliviada, muy a pesar de que sabía que su matrimonio se había ido al demonio, que no tenía casa y que no sabía que haría a partir de ahora con su vida, estaba tranquila y podía sentir muchas cosas, pero culpa no.

No se permitió llorar en ningún momento, no porque no lo deseara o no se sintiera devastada en el mismo momento en que abrió la puerta y se encontró con ese espectáculo, pero no dejo que las lágrimas brotaran, sabiendo muy bien que eso era lo que esperarían de ella. Y por primera vez y en contra de todo pronóstico se prometió no ser la misma persona emocionalmente frágil y dependiente que permitía que le pasaran por encima. Posiblemente las lágrimas llegarían más adelante, pero de momento hizo acopio de todas sus fuerzas para mantenerse firme. 

Todo parecía ir en cámara lenta, podía ver como estaba su marido entre las piernas de esa rubia, desde el pasillo había escuchado los gemidos, que la dejaron helada, abrió la puerta lentamente y sus ojos se abrieron con sorpresa, entonces llego la realidad golpeándole el rostro, su marido, el hombre al cual amaba desde hacía tantos y tantos años, le estaba engañando en su propia cama.

Fue una ingenua al suponer que sería un día especial su aniversario, había salido pronto del trabajo para preparar una cena especial, contaba con que fuera una sorpresa, y la sorpresa se la llevo ella.

No quería pensar más en eso, recordar la lastimaba profundamente, eran ya dos años de matrimonio, dos años de vivir bajo el mismo techo y creer que conocía al hombre que estaba a su lado, para después descubrir que no era la persona que pensaba. El dolor atenazaba su pecho amenazando con romperla en cualquier comento, incluso dificultándole respirar con normalidad.

Aviso al trabajo que ese día no se presentaría, tenía muchas cosas que resolver. Lo primero que hizo fue ir a la madriguera. Se apareció a poca distancia de la casa, toco a la puerta y fue recibida tan cordialmente por la Señora Weasley como siempre.

-¡Buen día querida! pero pasa no te quedes en la puerta. -Le dio un abrazo afectuoso y después se hizo a un lado para dejarla pasar.

-¡Buen día Molly! -Saludo con cortesía, por el semblante tranquilo de la Sra. Weasley, Hermione se dio cuenta que no sabía nada de lo ocurrido.

-¿Ocurre algo Hermione? -Le dijo preocupada al ver la seriedad de su nuera. Hasta ese momento noto el rostro pálido y los ojos tristes de la joven.

La castaña tomo su mano y la llevo a sentarse en una de las sillas del comedor, donde tantas veces se había sentado a lado de Ron en las reuniones familiares, suspiro abatido como si de repente un peso se formara en su espalda. Darle una noticia como aquella no era fácil.

-Molly lo que tengo que decirte no es agradable, ni fácil para mí. -Las palabras fueron dichas con dificultad, sus labios temblorosos se movieron rápidamente para continuar.

-No me asustes querida, que pasa. -Se puso repentinamente pálida, apretando la delgada mano de Hermione entre las suyas, queriendo reconfortarla de alguna manera.

Hermione devolvió el gesto de Molly, correspondiendo de la misma manera para calmarla un poco antes de continuar. -Si me atrevo a venir a molestarla es porque creo que merece saber por mi lo que me ha llevado a tomar esta decisión, porque ante todo siempre la he considerado como si segunda madre y espero que esto no cambien el lazo que siempre nos ha unido, aunque entendería que esto no fuera posible.

-¡Por favor explícate, porque no entiendo nada! -Las manos comenzaban a sudarle.

-Voy a divorciarme de Ron. -Fue contundente.

-¿Por qué? -Pregunto lívida ante la noticia.

-Lo encontré ayer con otra mujer. - dijo al fin y Molly se llevó una mano a la boca para ahogar un grito por la impresión.

-¡No puede ser! -Exclamo después de unos largos segundos de estar helada por la noticia.

-Me temo que es cierto, lo encontré en nuestra propia cama en brazos de Astoria Malfoy, como comprenderá no puedo seguir al lado de Ron. Por lo que supe ayer, tenían un año de relación y aunque yo sospechaba que algo malo pasaba nunca imagine que se tratara de algo así. Como ya le he dicho pienso divorciarme, pero no quería hacerlo sin que supiera por mi lo ocurrido, no pienso darle explicación a nadie de mis acciones ni mucho menos, pero usted merecía saber, le dejo a su consideración decirles o no a los demás.

-¡Lo siento! -Se disculpo con lágrimas en los ojos la señora Weasley.

El arrepentimiento de Molly es genuino, sus ojos llenos de lagrimas ante la lamentable noticia, le causaban un gran remordimiento. Sabiendo el daño que su propio hijo estaba causando a una gran mujer. 

-No tiene por qué disculparse no es culpa suya.

Molly la abrazo con fuerza. -Aun así, siento mucho que tengas que pasar por algo así por culpa de mi hijo.

-No se preocupe, saldré adelante. Tengo que irme, pero quiero que sepa que esto no cambia en nada todo el cariño y afecto que siento por su familia.

Se despidieron con tristeza, La pelirroja no dejaba de llorar, pero Hermione se mantuvo firme y no derramo ninguna lágrima, aunque su semblante estaba lleno de amargura y aflicción al despedirse de esa mujer que era como su segunda madre.

Después de esa corta visita a la madriguera la castaña se aventuró al ministerio a realizar los trámites correspondientes para la separación formal. Todos se sorprendieron por la noticia de la ruptura, pero nadie se atrevió a cuestionar a la directora de la Aplicación de Leyes Mágicas, nadie además de los involucrados y la Señora Weasley supieron los motivos que orillaron a Hermione a tomar esa decisión.

Ron no puso objeción alguna, no tenía cara para oponerse cuando él fue el culpable de todo, estaba muy arrepentido de sus acciones, pero sabía que de nada serviría suplicar más a Hermione, pues tenía claro que no le daría otra oportunidad. Por otro lado cuando Harry se enteró de lo ocurrido por boca del propio pelirrojo, se puso furioso, no podía creer que Ron se atreviera a engañar y lastimas de esa manera a la chica que consideraba su hermana.

Con los Weasley no le fue mucho mejor, pues cuando llego de visita a la madriguera su madre lo recibió con una bofetada.

-Nosotros no te educamos de esa manera, cómo pudiste ser capaz de hacer algo así. -Le reclamaba entre lágrimas su madre. -Nunca encontraras alguien mejor que Hermione. -Sentencio antes de irse a la cocina e ignorarlo por completo.

Ron se quedó de pie en la entrada sintiéndose un miserable, con la mano en la mejilla adolorida, todos tenían razón había cometido el error más grande de su vida, aun no entendía como había acabado todo de esa manera, al principio solo había coincidido en el Callejón Diagon con Astoria, cuando el salía de su trabajo en Sortilegios Weasley. No fue algo premeditado, simplemente una casualidad, chocaron por ir distraídos a lo que siguió una disculpa y una larga platica compartiendo una cerveza de mantequilla.

Después esas pláticas se habían vuelto frecuentes y un día simplemente terminaron en un cuarto de hotel compartiendo algo más que una bebida. Ron sabía que hacía mal pero no pudo y no quiso detenerse, la adrenalina que corría por sus venas lo hacía sentir vivo, y pronto sin darse cuenta se volvió adicto a esas sensaciones que lo hacían sentir diferente.

Al principio se sintió culpable al llegar a su casa y ser recibido por Hermione con una sonrisa dulce, pero pronto la pasión que sentía por Astoria se hizo más fuerte y la culpa fue perdiendo fuerza. Amaba a su esposa, pero a veces consideraba tan sosa su forma de ser y su vida conyugal que busco en otros brazos el candor que sentía no encontraba en Hermione.

Ahora que ya era demasiado tarde, se daba cuenta de su estupidez, Astoria no significaba nada para él, por esa rubia solo sentía el más puro deseo que no se comparaba con lo que sentía por su esposa, sin embargo, ya nada volvería a ser igual.

Draco Malfoy estaba en su despacho, sentado tras su escritorio estaba pensativo, con su mano sujetaba su barbilla meditando que haría a partir de ahora. Siendo sincero no amaba a Astoria, pero si le quería de alguna forma, si se había casado con ella era solo para cumplir los caprichos de su madre y limpiar un poco su apellido, pero nunca hubiera imaginado que lo traicionaría de esa manera, mucho menos con el pobretón de Weasley.

En un principio lo único que había ocupado sus pensamientos eran su sed de venganza, pero muy a su pesar Granger tenía razón, no estaba dispuesto a arruinar su vida por dos ratas despreciables que no merecían la pena. Por eso ahora pensaba con la mente más fría y de manera más calculadora cual sería la mejor forma de hacerlos pagar.

Cuando tuvo claro que era exactamente lo que quería mando llamar a su abogado.

Astoria regreso a la mansión Malfoy para recoger sus cosas sabiendo que no era buena idea toparse con Draco en esos momentos, pero no tuvo mucha suerte pues su aun marido la esperaba en la alcoba conyugal a sabiendas que tendría que ir en algún momento.

-¡Hola Querida! -Le saludo.

Astoria retrocedió asustada. -No temas. -Le dijo con voz calmada, pero no dejaba de intimidar la amenaza escondida en esa apacible dulzura con la que le hablaba. -Hay que aclarar ciertas cosas Astoria.

La rubia temblaba de pies a cabeza, pero sabía que no tenía alternativa más que escuchar lo que tuviera que decir Draco.

-Quiero el divorcio, no estoy dispuesto a escándalos y no te daré ni un centavo de mi dinero.

-Y que te hace pensar que aceptare.

-Si no aceptas hacerlo por las buenas, siempre hay otras maneras. -Le dijo amenazante.

-No te tengo miedo. -Mintió y trato de ser firme, pero su voz temblosa la traicionaba.

-Pues deberías si fueras un poco más inteligente, aunque sabiendo con quien me engañas me hace pensar que eres más estúpida de lo que imagine. -Hizo una pausa y se acercó unos pasos más a la rubia quien retrocedió con miedo. -Las cosas están así Astoria, si no aceptas mis condiciones todo mundo sabrá la clase de zorra que eres y no creo que a tus padres les complazca mucho saberlo, mucho menos considerando que los negocios que tenemos en común terminarían. Así que tú decides, además toma en cuenta que la esposa de Weasley es alguien de peso en el ministerio y fue testigo de tus encuentros amorosos con su marido.

-Está bien, será como digas. -No tenía más remedio que aceptar.

-Perfecto, entonces toma tus cosas y vete de mi casa. -Ordeno saliendo de la habitación para encerrarse en su estudio.

A pesar de todo Draco se sentía tranquilo, pasar la noche con Hermione apaciguo sus ánimos, en un inicio había estada dispuesto a golpear a Weasley y Astoria, pero su encuentro logro calmarlo, todavía no asimilaba los alcances de ese encuentro furtivo, nunca hubiera pensado que se darían las cosas de esa manera, pero tampoco estaba arrepentido de haber compartido su lecho con esa castaña.

Sus ideales de la sangre hacía mucho habían quedado olvidados en algún recóndito lugar, donde quedaron también las viejas rencillas y el odio que alguna vez había sentido cuando comprendió que esos sentimientos solo eran producto de su ignorancia y su falta de capacidad de admitir que su padre no tenía la verdad absoluta.

Hacía mucho tiempo desde eso y desde entonces había intentado cambiar, por eso en contra de sus costumbres había sido fiel a una sola mujer desde que se casaran porque no quería ser como su padre que tenía múltiples amantes. Ahora se sentía ridículo de cumplir con ese compromiso cuando su esposa era la que se revolcaba con otro.

Pero por alguna razón y a pesar de que todo era tan reciente parecía que no le importaba en lo más mínimo, claro que seguía ofendido y se sentía traicionado, pero le bastaba recordar el cuerpo desnudo de Hermione enredado al suyo para disipar esos sentimientos tormentosos. Aun sentía su sabor en los labios y su calor en la piel.

Le había propuesto que se quedara de manera impulsiva, porque pensó que esa sería la mejor forma de vengarse de los dos infieles, pero después de que se negara y se fue se dio cuenta de que en verdad deseaba su compañia, no quería estar solo porque eso lo hacía sentir miserable.

Las semanas pasaron con rapidez, Hermione había comprado un departamento cercas del ministerio, no había vuelto a ver a Ron o a Draco, pero sabía que en un par de días seria la audiencia para la anulación de su enlace mágico matrimonial.

Aparentaba estar tranquila, pero en realidad no lo estaba, todo había pasado tan rápido que no le había dado tiempo de asimilar las cosas. No se arrepentía de haber pasado esa noche con Malfoy, esa había sido su manera muy personal de vengarse, pero sentía que había quedado algo inconcluso y ella no era de las personas que dejaba cosas sin resolver.

Hermione no era la misma, ese golpe recibido del hombre que amaba le cambio de muchas maneras, ella era muy inteligente, probablemente la mejor bruja de los últimos tiempos, era una de las heroínas más reconocida y admiradas, pero jamás se valió de su fama para sobresalir, trabajaba duro, con empeño y dedicación, lo que le había hecho ganar un puesto importante en el ministerio. Había confiado ciegamente en Ron, en su cariño, nunca se hubiera imaginado que podría ser capaz de hacer algo así. Y ahora se sentía utilizada y engañada, herida en lo más hondo de su corazón porque comprobaba que era demasiado ingenua y había creído siempre en su palabra.

Ahora que todo se había descubierto todo se podía pensar en todos esos detalles que antes no había tomado en cuentas, de todas las llegadas tarde, las repetidas ausencias, las evasiones, la falta de intimidad, las escasas muestras de cariño, había sido una estúpida por no darse cuenta antes, por confiar tan ciegamente en él y no querer ver la realidad de toda esa porquería.

Ron le había enviado muchas cartas de disculpa, flores y dulce. Le decía que todo había sido una grave equivocación y que la amaba, que lo de Astoria era algo sin importancia, algo meramente físico, y eso lejos de reconfortarla la hundo más.

Porque pensar que Ron hubiera actuado por amor hubiera sido quizás menos doloroso que comprobar que todo lo había hecho solo por mera calentura, porque de alguna manera seria más comprensible que el amor se hubiera acabado y sus sentimientos hacia Astoria fueran de verdad y no solo bajos instintos y pasiones carnales.

Una parte de Hermione murió esa noche y quedo su fantasma en esa habitación que había sido testigo del amor que la había unido con Ronald Weasley. Esas paredes eran testigos de las muchas noches a lo largo de esos dos años en los que la castaña se había entregado en cuerpo y alma al hombre que era el centro de su mundo y que de buenas a primeras se le hizo fácil engañarla.

Esa leona tenía muchos sueños por cumplir al lado de ese hombre que había jurado amarla y respetarla, aquel que había prometido cuidarla y protegerla hasta el fin de sus vidas. Pero todas esas promesas, todos esos juramentos eran solo basura, le había fallado y con ello mando a la mierda todos esos sueños de una familia feliz, de hijos a los cuales cuidar en un futuro, de ese hogar lleno de calor y armonía.

Dolía, dolía mucho levantarse por las mañanas y sentir frio el otro lado de la cama, dolía el vacío, la ausencia, pero dolía aún más la traición y el desengaño. Se obligaba a si misma a ser valiente, a no dejarse caer, debía seguir adelante e intentar ser feliz, debía aprender a ser feliz sin él.

Pero no iba llorar, suficiente había llorado el primer fin de semana que paso sola, en contra de sus costumbres había bebido hasta estar completamente ebria, Luna la cuido mientras lo hacía y la escucho llorar con frustración y dolor, sin embargo, ese día fue el único que se permitió llorar, porque a la mañana siguiente y a pesar de la resaca se fue de compras al lado de su amiga y buscando un cambio, se adentró en las tiendas para cambiar su guardarropa y su imagen.

Se aferraba al pensamiento de que en algún momento el dolor se iría, tenia que aguantar hasta entonces.

Fue Valiente cuando se puso su mejor vestido y se arregló lo mejor que pudo ese día de audiencia. Fue valiente y levanto muy en alto la frente cuando caminaba por los pasillos del ministerio y podía sentir con claridad las miradas curiosas seguirlas, intentando indagar que había orillado a la perfecta directora de la regulación de Leyes Mágicas a separarse de Ronald Weasley. Fue valiente cuando se cruzó con Astoria y le sonrió con dignidad, y lo fue cuando llego a esa oficina y al cruzar la puerta Ron la esperaba al lado del ministro para terminar por fin con esa relación llena de mentiras y falsedades.

Salió con dignidad y afuera esperaban su turno Draco y Astoria Malfoy para finiquitar también su enlace mágico. Sonrió de nuevo con suficiencia a la rubia y le guiño el ojo al rubio que le sonrió seductor y esa fue su venganza, ninguno de los dos dijo nada de aquel encuentro, pero sin duda, Ron y Astoria notaron a la perfección esa complicidad entre el giño y la sonrisa seductora de ambos, las palabras sobraron cuando ambos se despidieron con un beso en la mejilla y una sonrisa que dejo pálidos y congelados a esos traidores que habían provocado una dulce venganza.


Load failed, please RETRY

週次パワーステータス

Rank -- 推薦 ランキング
Stone -- 推薦 チケット

バッチアンロック

目次

表示オプション

バックグラウンド

フォント

大きさ

章のコメント

レビューを書く 読み取りステータス: C2
投稿に失敗します。もう一度やり直してください
  • テキストの品質
  • アップデートの安定性
  • ストーリー展開
  • キャラクターデザイン
  • 世界の背景

合計スコア 0.0

レビューが正常に投稿されました! レビューをもっと読む
パワーストーンで投票する
Rank NO.-- パワーランキング
Stone -- 推薦チケット
不適切なコンテンツを報告する
error ヒント

不正使用を報告

段落のコメント

ログイン