—Hermano, ¿has visto a mamá? —preguntó Qinqin al encontrar a alguien que no era Rong Shengsheng.
—¿No está mamá contigo? —frunció el ceño Qinqin, una expresión de incredulidad cruzando por su rostro guapo y claro, muy sorprendido.
—No, hace un momento quería ir al baño y mamá me dijo que fuera solo; ella está esperando afuera por nosotros.
—Pero yo tampoco vi a mamá hace un momento...
—¡Mami! —llamaron en voz alta ambos pequeñitos llenos de preocupación.
—¡Mami! —repitieron.
Nadie respondió.
—¿No puedes encontrar a tu mamá? ¿Quieres que la tía te ayude a buscarla? —preguntaron algunos adultos bondadosos con preocupación al verlos.
Los dos adorables pequeñines declinaron, sin querer alejarse del baño, creyendo que Rong Shengsheng podría haberse alejado solo un momento y pronto regresaría.
Además, Rong Shengsheng les había enseñado antes que si se perdían, deberían quedarse quietos y esperar a que mamá los encontrara.