Amelie no sabía cómo reaccionar. El anillo era una magnífica banda de oro rosa con delicados grabados de flores y varios diamantes brillantes dispuestos en un elegante patrón floral en el centro. Era más una obra de arte que un simple anillo, por eso precisamente sentía que era demasiado extravagante para aceptarlo dadas las circunstancias actuales.
Sus ojos se movieron entonces hacia la inscripción en la caja. Tal como sospechaba, procedía de una de las casas de joyería más famosas del mundo, conocidas por sus exquisitos y únicos diseños y sus altos precios.
Amelie sostuvo cuidadosamente el anillo entre sus dedos. Después de unos largos momentos, finalmente la asaltó la sorprendente certeza: ¡el anillo le quedaba perfecto!
Estuvo tentada de probárselo pero rápidamente cambió de opinión y volvió a poner el anillo en la caja.