章 12: Capítulo 12: Los Siete Pasos Ilusorios, El Reino de los Diez Mil Demonios
Las cultivadoras que salían del Edificio de Sueldos fruncieron el ceño al ver a Mo Zhu sujetando el brazo de Lin Feng. En sus corazones, todas lamentaban la oportunidad perdida.
Lin Feng rápidamente retiró su brazo y mantuvo una distancia respetuosa de ella.
Mo Zhu sonrió cálidamente.
—Hermano Lin, necesito tu ayuda con algo.
¡Aquí viene una misión secundaria!
¡Rechazar!
Lin Feng sacudió la cabeza y dijo:
—Lo siento, pero debo regresar a cultivar.
—¿Cultivar? Esto es una gran oportunidad que no deberías dejar pasar. ¿Has oído hablar de... —Mo Zhu comenzó a decir apresuradamente, pero al notar a las cultivadoras detrás de Lin Feng, decidió que no era el mejor lugar para hablar, así que comenzó a arrastrarlo hacia otro lado.
—Señorita Mo, no tires de mi —protestó Lin Feng, intentando detenerse.
¡Deja te tocarme ya mujer!—pensó Lin Feng sin mostrarlo en su rostro.
—Yo no tengo miedo siendo mujer, ¿cómo puedes tenerlo tú siendo hombre?
—Mi maestra nos prohíbe tener sentimientos románticos.
—Pffft, solo nos hemos visto dos veces. ¿Crees que me enamoraré de ti?
El rostro de Mo Zhu se puso rojo al instante, y ella lo miró de reojo.
El hermano Lin, en verdad, era muy atractivo. Era la primera vez que veía a un hombre tan guapo.
Si llegaran a ser compañeros...
Incluso las orejas de Mo Zhu se tornaron rojas.
Lin Feng notó su expresión y sintió que algo no estaba bien.
Una señal de peligro.
Aún no había alcanzado el Reino del Núcleo Dorado, por lo que no podía permitirse tener sentimientos románticos.
Mo Zhu era hermosa, pero no valía la pena arruinar su dedicación a la cultivación por eso.
Lin Feng inmediatamente dio un paso al costado, manteniendo una distancia de un metro entre ellos mientras caminaban lado a lado.
Los dos caminaron hasta un callejón desierto.
—Entonces, ¿de qué se trata? —preguntó Lin Feng.
Mo Zhu miró a su alrededor. Después de asegurarse de que no había nadie cerca, le susurró:
—Hermano Lin, ¿has oído hablar de Li Qianlong?
—Nunca he oído de él.
—¿Qué? ¿Nunca has oído hablar de Li Qianlong?
—¡Ve al grano! —respondió Lin Feng, un poco impaciente.
Lin Feng estaba un poco frustrado.
Aunque en esta vida ya tenía casi cincuenta años, nunca había salido de la Secta Celestial del Loto. No podía ni siquiera reconocer a las personas famosas dentro de la secta, mucho menos a las del mundo de la cultivación.
—Li Qianlong es la persona más talentosa que la Secta Celestial del Loto ha visto en cien años. Se dice que está casi en el Reino de Formación del Alma. Su cueva está en una montaña enorme fuera de la secta. Ha lanzado muchos hechizos prohibitivos sobre su cueva, lo que la hace casi invisible. Recientemente, recibí noticias de que su cueva ha aparecido. Sin embargo, tiene una bestia que la protege. La bestia le teme al rayo. Todos nosotros somos cultivadores de trueno. ¡Definitivamente podremos someterla! —Mo Zhu hablaba cada vez con más entusiasmo.
Lin Feng preguntó:
—¿Y dónde está tu hermano?
—La competencia del núcleo interno terminó el año pasado. El Maestro de la Secta lo eligió para recibir un entrenamiento especial, así que no pude encontrarlo —explicó Mo Zhu, algo decepcionada.
Lin Feng arqueó las cejas.
¿La competencia ya había terminado?
Rayos.
Había cultivado durante tanto tiempo que se le pasó por alto un evento tan importante. Esperaba que el Hada Xi Xuan no lo culpara por ello.
—Si lo que dices es cierto, ¿por qué los líderes de la secta no van personalmente a recuperar esa cueva? —preguntó Lin Feng, sospechando.
Mo Zhu se encogió de hombros.
—Su cueva no es tan importante para la secta. Sin embargo, para nosotros, los cultivadores del Reino de Fundación Espiritual, es una gran oportunidad.
—¿Cómo te enteraste de esto? —insistió Lin Feng.
—Un amigo me lo contó. No está en la tabla de misiones.
¡Definitivamente es una trampa!
¡No voy a ir!
Lin Feng se negó de inmediato.
—Es demasiado peligroso. No voy a ir. Déjame darte un consejo: no participes o terminarás muy mal.
Dicho esto, se dio la vuelta y comenzó a marcharse.
—Tú... —Mo Zhu intentó protestar, pero Lin Feng no le dio oportunidad.
Mo Zhu pateó el suelo con frustración. Sin embargo, esto no afectó negativamente su impresión de Lin Feng; de hecho, comenzó a dudar.
Incluso un genio como Lin Feng no se atreve a ir. ¿Podría ser que realmente haya peligro?
...
Después de regresar al Pico Esmeralda Tranquila, Lin Feng se dirigió al Salón Esmeralda Tranquila y se arrodilló ante la puerta.
La competencia del núcleo interno era un evento importante. Si él era el único del Pico Esmeralda Tranquila que no asistió, podría meterse en serios problemas.
—Entra, tengo algo de qué hablar contigo —la voz del Hada Xi Xuan resonó mientras la puerta se abría.
La voz del Hada Xi Xuan resonó mientras la puerta se abría.
Al entrar en el salón, Lin Feng se dio cuenta de que el Hada Xi Xuan no estaba sola. Chang Yue'er y un anciano también estaban presentes.
¡Espera un momento!
Ese anciano...
¡Es el Anciano Hierro!
Lin Feng se quedó atónito, pero continuó avanzando.
Al verlo, el rostro del Anciano Hierro se congeló en una expresión de desconcierto.
—¿Este chico también es un discípulo del Pico Esmeralda Tranquila? ¡¿Cómo es posible?! —exclamó el Anciano Hierro, incrédulo.
—Este es un nuevo discípulo del Pico Esmeralda Tranquila. Será tu hermano menor a partir de ahora. Puedes llamarlo Hermano Menor Hierro —dijo el Hada Xi Xuan.
Lin Feng asintió y miró al Anciano Hierro.
—Hermano Menor Hierro, si tienes algún problema en el futuro, no dudes en buscarme —dijo con una ligera sonrisa.
El Anciano Hierro apretó los dientes y preguntó:
—Lin Feng, ¿cómo es posible que te hayas convertido en un discípulo del núcleo interno?
Estaba asombrado al descubrir que no podía ver a través del nivel de cultivación de Lin Feng.
¿En poco más de veinte años, Lin Feng había pasado de ser un simple mortal a superarlo?
El Hada Xi Xuan no se sorprendió de que se conocieran. En cambio, preguntó:
—¿Por qué sigues en el tercer nivel del Reino de Fundación Espiritual?
¡Tercer nivel del Reino de Fundación Espiritual!
El Anciano Hierro estaba aún más impactado. Había trabajado tan duro para alcanzar el Reino de Fundación Espiritual, ¿y Lin Feng ya estaba en el tercer nivel?
Lin Feng temía que el Anciano Hierro intentara sabotearlo, así que decidió mostrar su verdadero valor al Hada Xi Xuan. Por lo tanto, dejó de ocultar su nivel de cultivación.
—Maestra, ya he alcanzado el noveno nivel del Reino de Fundación Espiritual. Solo quería mantener un perfil bajo, por eso oculté mi nivel de cultivación —dijo con tranquilidad.
El Anciano Hierro y Chang Yue'er abrieron los ojos de par en par al escuchar eso.
—¡Hermano menor! ¿Cómo es posible que hayas avanzado tan rápido? —exclamó Chang Yue'er, completamente sorprendida.
Literalmente había visto a Lin Feng pasar del noveno nivel del Reino de Refinamiento de Qi al noveno nivel del Reino de Fundación Espiritual.
¡Era algo increíble!
Lin Feng explicó:
—He estado cultivando en la Piscina Espiritual de Trueno y no he perdido el tiempo como otros. Por eso he progresado tanto.
El Hada Xi Xuan sonrió con satisfacción y dijo:
—Si todos en el Pico Esmeralda Tranquila fueran tan dedicados como tú, nuestro pico definitivamente se convertiría en el más fuerte de la Secta Celestial del Loto.
[Has mantenido un perfil bajo para cultivar. Has obtenido el reconocimiento del Hada Xi Xuan. Se te recompensa con un manual de técnica de movimiento.]
[Felicitaciones por obtener los Siete Pasos Ilusorios.]
Lin Feng ocultó su emoción y respondió rápidamente:
—Maestra, me estás halagando. Solo me gusta cultivar, eso es todo.
El Anciano Hierro trató de calmarse.
Sabía que ya no podía suprimir a Lin Feng.
Lo mejor era olvidar lo que había pasado en el pasado. Si le contaba al Hada Xi Xuan, ella podría disgustarse con él.
De repente, se sintió nervioso.
Con el nivel de cultivación de Lin Feng, matarme sería tan fácil como mover una mano.
¡No!
Tenía que resolver este rencor.
—Ya que te gusta tanto cultivar, te asignaré una misión para que custodies el Reino de los Diez Mil Demonios de la Secta Celestial del Loto —la sonrisa del Hada Xi Xuan de repente se volvió inescrutable.
El Reino de los Diez Mil Demonios...
¡Sonaba tan impresionante y tan peligroso!
Lin Feng, instintivamente, quiso rechazar la oferta, pero preguntó con cuidado:
—Maestra, ¿qué es el Reino de los Diez Mil Demonios?
Chang Yue'er, emocionada, intervino:
—¡Es el lugar donde la Secta Celestial del Loto cría a sus bestias! Maestra, ¡yo también quiero ir! Deja que acompañe al Hermano Menor Lin para que no lo molesten.
El Hada Xi Xuan fulminó a Chang Yue'er con la mirada, asustándola tanto que no se atrevió a decir nada más.
—Cada pico envía a un discípulo para que custodie el Reino de los Diez Mil Demonios. Debido a que hay muchas clases de bestias en ese lugar, el Qi Espiritual allí es muy concentrado, lo que lo convierte en un lugar muy adecuado para cultivar. Sin embargo, también existen peligros. A menudo, las bestias se descontrolan y los discípulos son brutalmente asesinados —explicó el Hada Xi Xuan a Lin Feng.
Hablaba con un tono que dejaba claro que no había opción para rechazarlo. Pero la ventaja era que era un buen lugar para cultivar.
Pelear contra bestias era mejor que competir contra otras personas.
¿No es eso trabajar para el zoológico? Está bien.
—Seguiré las instrucciones de la Maestra —respondió Lin Feng, inclinando sus manos en señal de respeto.
El Hada Xi Xuan asintió y dijo:
—Empaca tus cosas y dirígete directamente al Pabellón de las Bestias Espirituales. Alguien te llevará al Reino de los Diez Mil Demonios. El que estaba estacionado allí antes era el Primer Discipulo. Ahora que él está bajo las órdenes del Maestro de la Secta, solo tú puedes ir. Si la misión es exitosa, te recompensaré. Además, recibirás diez piedras espirituales de grado superior por cada año que custodies el Reino de los Diez Mil Demonios. Puedes quedarte allí tanto tiempo como desees, ya que es una misión continua de la secta. Antes de ir, puedes aceptar la misión oficialmente.
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