—¡Pégame entonces, pégame! —La multitud se burlaba.
—¡No creo ni por un segundo que Qin Jiang realmente puedas contactar al Alcalde Zhang! —Si él estuviera calificado para hablar con el Alcalde Zhang, ¿entonces yo no sería el hombre más rico? —Tanto si se trataba de la Familia Xu o de Du Hao, sus rostros estaban llenos de burla.
—Bueno, ¡más vale que miren bien! —Qin Jiang dijo con indiferencia.
Acto seguido, marcó el número directamente.
—¡Realmente está montando un espectáculo, qué broma, quiero ver qué va a pretender a continuación! —Todos miraban, ansiosos por que se desplegara el drama.
—Lo siento, el número que ha marcado... —Qin Jiang frunció el ceño ligeramente, sabiendo muy bien que Zhang Haosheng no ignoraría a propósito sus llamadas, especialmente desde que la ciudad empresarial que quería establecer necesitaba la implicación del Patriarca Shen Tianrong y de Ye Longchen.