—Mamá, si nosotros también caemos, no quedará nadie para proteger al tío. —Sophie Baker comenzó a iluminar a Melody Baker con un razonamiento justo.
—Sí, tienes razón, llamaré a tu tío ahora mismo... —Tan pronto como Melody Baker escuchó esto, la vacilación en su rostro se tornó resuelta.
Mientras hablaba, alcanzó el teléfono fijo al lado del sofá. Justamente cuando estaba por marcar, vio a una sirvienta entrar corriendo desde afuera.
—No es bueno, señora, el señor Baker... el señor Baker fuera...
—¿Qué? —La mano que sostenía el auricular del teléfono de Melody Baker temblaba violentamente, y ella se levantó del sofá.
—Aclara eso. —Al ver el rostro pálido de la sirvienta, Melody Baker se asustó, su corazón latiendo como un tambor.
—El señor Baker fue arrojado en la puerta principal, parece... parece que ha sido gravemente herido.