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—Madre, ¿por qué no vienes conmigo? Hace una eternidad que no vamos de compras juntas —respondí suavemente y ella se rió.
—Justo hace un año fuimos de compras juntas, pero me encantaría acompañarte —respondió ella con una sonrisa cariñosa y yo me reí.
—Killian, ¿te gustaría ir también con la abuela? —le preguntó a Killian, y yo estaba contento de que ella aceptara el hecho de que Killian era mi hijo ahora.
—¿Qué haría yo, en la tienda de mujeres, abuela? Soy un hombre —preguntó frunciendo el ceño, y yo me contuve para no reír.
—Llevarás sus bolsas como siempre lo hacía yo cuando iba de compras con Mari —respondió Damien entre risas, antes de que mi madre pudiera decir nada y todos nos reímos, excepto Casio, parecía que quería golpear a Damien, ¡y me pregunté por qué! ¿Sería porque él estaba bromeando con Killian? ¿No podía ver que estaba ayudando a Killian a sentirse más cómodo? ¡Este hombre era tan mezquino!