—¡Susan! —Henley siguió a su esposa hacia afuera y la detuvo antes de que hiciera ruido—. Olvídalo. Dylan todavía está aquí, ¿quieres enfrentarte a él aquí? Vamos a regresar.
Susan, agarrada por Henley de la cintura, no alcanzó a Savannah. Sin embargo, aún no se reconciliaba con dejar ir a Savannah, gritándole a la espalda de ésta.
—¡Perra! ¡Te enrollaste con mi hermano cuando Devin te dejó. Cómo puedes ser tan descarada! ¿Quieres casarte con la familia Sterling? ¡De ninguna manera! ¡Nunca vivirás en una familia como yo! ¡Ni siquiera puedes compararte con Valerie, que al menos es la esposa de Devin legalmente! Ja. Aunque ganes el favor de Dylan, serás como mucho su amante, ¡y nunca podrás ser su esposa! —Susan articuló entre dientes apretados.
Savannah se detuvo, mirando hacia atrás a la cara distorsionada de Susan, enfadada y divertida.
¿Sabía Susan que su leal esposo había estado con otra mujer desde mucho antes y ya tenían un bebé?