Susan se quedó helada. Ese era Dylan.
El pasillo estaba vacío y en silencio. Dylan debería haber despejado el lugar.
—¿Irte tan pronto? ¿Por qué no te quedas hasta el final de la conferencia? —Dylan dijo con una voz fría y burlona.
—¿Qué quieres? —Susan no se sorprendió al ver a Dylan.
—¿Qué quiero? Eso es lo que quiero preguntarte a ti. —Dylan pasó caminando con las manos en los bolsillos.
Aunque el hombre frente a ella era su hermano menor, Susan todavía sentía miedo.