Erik era la persona a cargo del hotel Sterling en Chicago. Él vivía en esta ciudad y estaba bien conectado.
Entonces, desde que Dylan volvió para hacerse cargo del grupo Sterling, el trabajo de buscar personas le había sido encomendado a él.
El Señor Sterling estaba buscando a una chica.
En el momento en que la conoció por primera vez, ella tenía unos doce o trece años. Ahora debería tener unos veinte.
Sin embargo, había resultado imposible encontrarla.
Los años pasaban uno tras otro, y todavía no había nada que mostrara quién era ella.
Los ojos de Dylan se nublaron cuando Erik le informó del mismo resultado.
Aunque sabía que había menos posibilidades de encontrar a esa chica, todavía albergaba un atisbo de esperanza.
—No es probable encontrar a la chica en tal situación. Después de buscar tantos años, todavía no hay ninguna pista. ¿Debemos seguir buscando? —preguntó Erik cautelosamente.
—Sigue buscando —respondió Dylan con decisión y autoridad.
Erik suspiró profundamente.