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Lana se sentía tan emocionada por la cena de esa noche que incluso se puso un poco de maquillaje ligero en la cara. Sonrió al ver su propio reflejo en el espejo.
Pronto sonó su teléfono móvil, y se apresuró a salir del centro de revisión solo para ver a su apuesto esposo esperándola con la espalda apoyada en la puerta de su automóvil.
Lana corrió y saltó sobre él. Incluso ella se sorprendió de lo descarada que había actuado.
—Woaw... Parece que realmente también me extrañaste, ¿eh? —susurró Liam y estaba a punto de besarla, pero luego pensó que se veían un poco incómodos en un lugar público, así que rápidamente bajó a Lana a sus pies antes de darle un beso rápido en los labios.
Él abrió la puerta del coche y dijo:
—Súbete.
Lana entró y pronto se dirigieron hacia el restaurante que Jorge había reservado.