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—Entonces, ¿de qué hablaron tú y Xu Wenyang? Se veían muy serios antes —Li Meili preguntó a Tang Moyu una vez que se detuvieron en el semáforo en rojo, mientras la última la llevaba a su apartamento antes de regresar a casa en el Jardín de Durazno en Flor.
—No tan serio. Solo tiene curiosidad por saber qué planeo hacer contra mi madre. Después de todo, él es uno de nuestros principales inversores —Tang Moyu se encogió de hombros y echó un vistazo a su espejo del tablero, solo para ver a sus gemelos comiendo otro bocadillo más mientras sus ojos estaban pegados en la caricatura que se reproducía en una tableta.
Suspiró, sabiendo que volvería a haber migajas en su asiento trasero y que luego tendría que pedirle a la Tía Lu que le ayudara a limpiar el auto.