Tang Moyu no estaba segura de por qué Song Huifen le decía esto. ¿La mujer mayor hablaba por experiencia o estaba tratando de venderle a su hijo?
La emperatriz no había sido hábil para iniciar conversaciones con otras personas, mucho menos con mujeres mayores, ya que siempre se había encontrado en guardia contra insultos y comentarios despectivos de las mujeres que había conocido en el pasado.
Song Huifen era obviamente diferente de su madre, Zhang Wuying, y de la madre de Feng Tianhua, Wang Ruoxi. Había un sentido de sabiduría detrás de sus ojos de obsidiana, uno que reflejaba los años y la experiencia que había adquirido.
Aún se podían ver raros mechones de cabello plateado entre la espesa melena negra que enmarcaba lánguidamente su rostro que no parecía verse afectado por la edad. Sabiendo que Feng Tianyi ya estaba en los treinta, la apariencia de su madre podría haberse confundido con la de su hermana mayor, su parecido era más evidente que nunca.