—Sheng Xin, insatisfecha con la reacción de Gu Dai, preguntó:
— ¿No estás enojada?
—Gu Dai, confundida, respondió:
— Ya me divorcié de Song Ling. Tu relación con él no me incumbe, así que ¿por qué debería estar enojada?
En encuentros recientes, Song Ling había mostrado un comportamiento arrepentido y apologetico hacia Gu Dai, lo cual ella ahora se daba cuenta de que era sólo un acto.
Entendiendo esto, ella se sintió aliviada, sin ningún sentido de arrepentimiento.
—Sheng Xin apretó los labios en una sonrisa y dijo suavemente:
— Solo me preocupaba que no pudieras dejarlo ir. Ahora que veo que lo has hecho, me siento aliviada.
—Gu Dai simplemente asintió, sin continuar la conversación.
—Sheng Xin, sin desanimarse, continuó:
— Hablando de eso, la señorita Gu Dai y yo parecemos tener una conexión. Tenemos un conocido en común de antes.
—Gu Dai, tras unos segundos de reflexión, dijo con confianza:
— Estás hablando de Jiang Yue, ¿no es así?
—Sheng Xin confirmó con una sonrisa: