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Después de ver la foto de la nebulosa tomada por la cámara, los ojos de Jiang An se abrieron de par en par y exclamó —¡Es tan hermosa!
El teléfono sonó, y la pantalla de la identificación de llamada cubrió la foto. Jiang An lo puso en altavoz y abrió de nuevo la foto que Zou Bai le había enviado.
La profunda voz de Zou Bai llegó desde el otro extremo del teléfono —Acabo de tomar una foto con mi cámara. ¿Se ve bien?
Jiang An asintió enérgicamente. De repente recordó que la otra persona no podía ver sus acciones mientras ambos hablaban por teléfono. Se apresuró a responder —¡Es hermosa! Parece una rosa, ¡y realmente tiene un color! ¡Es un rojo tenue! ¡Qué mágico!
Zou Bai escuchó la voz emocionada de Jiang An y se rió —Está bien siempre y cuando pienses que se ve bien. Hoy es nuestro primer día juntos. Debería haberte dado un ramo real de rosas, pero olvidé que no lo preparé. Solo puedo usar este ramo de rosas del universo para expresar mi sinceridad.