—Ay —Fil siseó mientras se aplicaba el ungüento en los labios, con los ojos en el espejo de mano frente a ella. Después de regresar a la firma, ella y Elise se separaron porque ella quería ir a la clínica.
—Eso no es algo que te pase por accidente.
Fil miró a la enfermera en la clínica, ofreciéndole una sonrisa tímida.
—De todos modos, tendré que dejarte por un momento. No estás herida en ningún otro lugar, ¿verdad? —preguntó la enfermera, solo para ver a Fil negar con la cabeza—. Está bien entonces. Cierra la puerta cuando te vayas.
—De acuerdo —Fil apretó los labios, observando a la enfermera salir de la clínica por un recado. Un suspiro superficial se le escapó por las fosas nasales, levantando de nuevo el espejo de mano frente a ella.