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Bajo el mismo razonamiento de cada año, luego comenzaron a distribuir los resultados de las pruebas.
Primero, se repartieron las boletas de calificaciones generales. Después del comienzo del nuevo año y la reapertura del colegio, los profesores de cada asignatura revisarían y discutirían los exámenes por separado.
—Esta vez, quince de nuestra clase quedaron entre los cien primeros del colegio. Entre ellos, los puestos segundo, quinto y octavo son nuestros.
El segundo puesto, no hace falta decirlo, siempre estaba dominado por el empollón de siempre con las mejores notas de su clase.
Con una expresión imperturbable, el empollón parecía ajeno a su entorno. No estaba claro si estaba resolviendo problemas de matemáticas mentalmente o completando espacios en blanco.
El mundo de los campeones académicos era realmente incomprensible para los de bajo rendimiento.