Punto de vista de Selene
Me quedé sin aliento cuando la pregunta de Noé quedó suspendida en el aire entre nosotros. De repente sentí calor... era como si la habitación se cerrara sobre mí, sacudiendo la cabeza para luchar contra el repentino mareo que sentí, levanté la mirada hacia él intentando leer su expresión inexpresiva.
—Y no te molestes en mentirme de nuevo, Selene. Solo dime la verdad, no importa cuán difícil y pesada parezca en tu lengua. Así que, te lo preguntaré de nuevo. Dijiste que la sacerdotisa de la luna murió un mes antes de que te encontráramos y no había forma de que pudieras cuidar a dos bebés dada tu estado débil. La pregunta es, ¿quién te ayudó? ¿Eso se supone que es algo en lo que pensar? Es una respuesta directa —dijo él.