rosa punto de vista
El nerviosismo del primer día de clases nunca parecía desaparecer, sin importar cuántos primeros días tuvieras o la edad que tuvieras. Las mariposas en mi estómago y el estómago revuelto siempre hacían que el desayuno que tomaba pareciera una mala idea.
Pero no fue un sentimiento terrible. Al contrario, ésta era la excitación que ansiaba; la emoción de mejorar y seguir adelante con mi vida, convirtiéndome en maestro de mi propio camino.
Debido a la forma en que mi padre me crió, siempre pensé que nunca recorrería un camino de mi elección con ningún apoyo... y ahora tenía a Cayden, Becca y Luke en mi esquina mientras Víctor se pudría en una celda. Una parte de mí deseaba que fuera libre para poder verme prosperar… pero la otra parte se alegraba de estar donde estaba, donde no podía hacer ningún daño.
“¿Nervioso?” Cayden agarró mi mano con fuerza.