Cuando James dijo que íbamos a una gala, me imaginé un hotel con un grupo de políticos. Sin embargo, cuando la limusina se detuvo frente al enorme edificio blanco que tanto me recordaba a la Casa Blanca, me quedé boquiabierto.
—Mierda...— Jadeé, haciendo que James se riera.
—Es lindo, ¿eh? Espera hasta que veas el interior. Para un hombre con esa cantidad de dinero, tuvo grandes inspiraciones mientras lo construía.
Mirándolo por encima del hombro, hice una pausa. —¿Qué es este lugar?
—El Trump National Doral—, respondió James mientras un chofer vestido con frac y guantes blancos abría mi puerta. Me sorprendieron sus palabras.
Esto fue sólo un vistazo de lo que estaba por venir. Sólo podía esperar que la alta sociedad estuviera preparada para recibirme, porque esta noche seguramente sería una noche que nunca olvidaría.