—¿De verdad Laura Bauer dijo eso? —se sorprendió William Cole.
Minnie Wright se rió entre dientes. —¿No me digas que te sientes tentado?
—Minnie, claro que no, tú me conoces. Además, el estatus de jefe de la Secta del Amanecer no necesariamente es más estimado que el del patriarca —William Cole negó suavemente con la cabeza.
Frunció el ceño. —Solo me parece curioso, de tantas personas en la Secta del Amanecer de la Ciudad Capital, ¿por qué elegirme a mí?
Minnie Wright se rió entre dientes. —¿Qué otra razón puede ser? Esta gente es difícil de manejar.
—Además, en esta generación de la Secta del Amanecer, no hay sucesores calificados para el puesto de jefe.
—Hacerte jefe de la Secta del Amanecer, creo que es una buena elección.
William Cole miró a Minnie Wright con curiosidad. —¿Por qué la estás apoyando? ¿Qué beneficio recibiste?
—Jeje.