—Pero... —El guardia de seguridad miró al Director Micah con dificultad, pensando para sí mismo, «¡lo estoy haciendo por tu propio bien!».
—¿Ya no quieres trabajar aquí? —El Director Micah, al ver que el guardia de seguridad continuaba divagando, no pudo evitar regañar en voz alta.
—¡Bloqueando el camino con tu coche y aún así siendo tan arrogante, vaya autoridad que ejerces! —Basil Jaak abrió la puerta del coche, bajó y se burló del Director Micah.
—¿Qué tiene que ver mi asunto contigo... —Director Micah se giró y al principio, sintió un poco de reconocimiento, luego de repente recordó y gritó en su corazón, «Oh, Dios mío, Ma, por qué es este diablo,» e inmediatamente el gesto en su rostro cambió, exprimiendo una sonrisa de su rostro oscuro, adulando con una risa disculpante—. ¡Oh, es Jaak! No pude reconocer a Taishan justo frente a mí, solo un malentendido, moveré mi coche enseguida.