—Bella... —Ella pensaba que Tristan era sinceramente amigable con Sean, pero lo reprendió a través de sus palabras.
—¡Dios! ¿Qué tan obvia es su envidia? —Bella suspiró profundamente mientras giraba su mirada hacia Sean.
—También pensé que estabas ocupado, Sean. Por eso le dije a mi abuelo que no vendrías —Ella intentó romper la tensión entre los dos hombres.
—Bells, por ti... Estoy intentando no estar ocupado y dejar de lado todo lo demás —Sean le sonrió. Su mirada era gentil pero solo fija en ella. Ni siquiera echó un vistazo a Tristan, aunque podía sentir la aguda mirada de Tristan sobre él, pero aún así la ignoraba.
Bella no estaba segura de cómo responder a las provocativas palabras de Sean, especialmente cuando percibía un aura fría emanando de su esposo, claramente molesto por los comentarios de Sean.