Después de un día agotador, finalmente llegó la noche. Todas las luces se habían apagado; solo la luz de la luna que entraba por las cortinas ligeramente abiertas podía iluminar la habitación.
Bella intentó cerrar los ojos, pero el sonido del sofá cada vez que Tristan se movía la hacía incapaz de dormir, aunque lo intentara.
Varios minutos pasaron y Bella abrió los ojos. Intentó ver a Tristan en el sofá. Sin embargo, la luz de la luna no le permitía verlo con claridad. La preocupación y la culpa ahora comenzaban a surgir en su corazón.
'¿Se sentirá incómodo? ¿Por qué se mueve cada minuto?' Bella murmuraba para sí misma mientras aún intentaba mirarlo. '¿Debería pedirle que duerma en esta cama?'
Bella tomó una respiración profunda mientras miraba la otra mitad vacía de la cama. Se sentía incierta al ver que la cama era lo suficientemente grande para que durmieran juntos. Aun había espacio libre para poner una almohada como barrera entre ellos.