Dax solo pudo negar con la cabeza mientras tomaba su iPad y se sentaba en el sofá. Sin embargo, unos minutos después, se escuchó un suave golpe en la puerta.
—Dax, ¿puedo entrar? —frunció el ceño al oír la voz de su madre.
«¿Habrá terminado de hablar con Abuelito?» se preguntó mirando hacia la puerta.
—Sí, Mamá. Entra. —dijo.
—Hola, Dax. ¿Qué has estado haciendo? ¿Estás jugando a algún juego? —preguntó Bella al verlo en el sofá con un iPad en la mano.
—Hmm —dijo con calma y le mostró la pantalla del iPad—. Juego ajedrez en línea.
—Oh, ¿estás aprendiendo a jugar ajedrez para poder jugar con abuelito? —Bella preguntó mientras se sentaba en el sofá.
—No. La verdad no. Solo estoy aburrido esperando aquí.
—¿Eh... de verdad? ¿Y eso por qué? ¿No te gusta esta habitación? ¿Quieres cambiarte a otra habitación? —preguntó Bella.