Lo sujetó fuertemente en sus brazos, con todas sus fuerzas.
—¡Hai Xiaotang, he venido para ayudarte a rescatar a tu abuelo! Confía en mí, ¡lo haré! —Hai Xiaotang estaba ligeramente sorprendida—. Hermano Tao, ¿sabes lo que estás diciendo?
Rescatar a su abuelo no era una tarea fácil.
Tal vez solo Dongfang Yu tenía la capacidad, pero Tao Yi…
Tao Yi la soltó, afirmando:
— Sé lo que digo. Confía en mí, te ayudaré a rescatar a tu abuelo.
—¿Y cómo piensas hacer eso?
Tao Yi dio una sonrisa ligera:
— Tengo mi manera, pero llevará un poco de tiempo. Incluso si tu abuelo es condenado, está bien. Solo esperas mi regreso, entonces podré salvarlo.
Hai Xiaotang se sentía inquieta:
— Hermano Tao, ¿qué planeas hacer? ¿¡Cómo podrías salvar a mi abuelo?!
Solo Dongfang Yu, como la víctima, junto con su inmenso poder, podría salvarlo.
¿Quién más tenía la autoridad para hacer que la ley perdonara a un criminal?
Sin embargo, Tao Yi estaba confiado: