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Tan pronto como Lin Lanzhi se fue, Su Yin abrió los ojos.
Lin Lanzhi había estado hurgando en su armario, así que cómo iba a poder dormir.
Pero no quería interactuar con ella, así que estaba fingiendo dormir.
Luego sintió que Lin Lanzhi se acercaba, la cubría con una manta y después la miraba fijamente durante mucho tiempo.
¿Quién sabe en qué estaría pensando?
Su Yin suspiró.
Ojalá que Lin Lanzhi se rindiera pronto y se fuera a disfrutar de su estilo de vida de esposa rica.
Cuando Su Yin despertó, ya eran las cuatro de la tarde.
Se estiró, habiendo tenido un sueño satisfactorio.
Al abrir la puerta de su habitación y no ver a Lin Lanzhi por allí, su estado de ánimo mejoró significativamente.
—¿Qué hay para cenar esta noche? —le preguntó Su Yin a Su Le.
—Hermana, ¿hay algo que te gustaría comer? —preguntó Su Le con entusiasmo.
Era raro que su hermana tomara la iniciativa de hablar de comida.