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—¿Cómo puedo ayudarte? —preguntó Shen Feiwan a Fu Shiyan.
—¿Ella podría ayudarlo a orinar ahora?!
—Puedes traer una cuña —dijo Fu Shiyan.
—¿Vas a orinar en la cama?
—¿Así que te parece asqueroso? —preguntó Fu Shiyan.
—Bueno, no realmente.
—Solo un poco impactada y teniendo dificultades para acostumbrarme a esto.
—Si alguna vez llego a ser viejo y tengo que quedarme en cama, ¿me abandonarás para que me las arregle por mí mismo?
...
—Shen Feiwan fue, encontró una cuña y la colocó debajo de Fu Shiyan.
—Fu Shiyan no se movió.
—Shen Feiwan frunció el ceño —¿No te vas a quitar los pantalones?
—Sabes que necesito quitarme los pantalones para orinar —replicó Fu Shiyan.
—Shen Feiwan se armó de valor para ayudarlo a quitarse los pantalones.
—Era simplemente insoportable mirar.
—Ten cuidado —advirtió Shen Feiwan.
—Le preocupaba que pudiera orinar en la cama.
—¿No me podrías ayudar un poco?
...
—Shen Feiwan sintió que sus manos estaban todas babosas.