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Yao Lina, ya al borde del colapso, estaba ahora al borde de un ataque al corazón de pura rabia mientras miraba fijamente a Bai Zhi, con los ojos ardientes de ira. ¡El problema real era que Bai Zhi la estaba empujando al límite! ¿Estaría tan miserable si no fuera por Bai Zhi?! No habría actuado tan temerariamente si no pensara que tenía a Bai Zhi en quien apoyarse. Cuanto más lo pensaba Yao Lina, más enfadada se ponía. De repente, le dio una fuerte bofetada a Bai Zhi en la cara. Bai Zhi estaba atónita, completamente desprevenida.
Nunca podría haber imaginado que Yao Lina la golpearía, justo en la entrada de la Joyería Fulan, frente a tantos transeúntes, ¡ella realmente la abofeteó en la cara! Había venido hoy a tomar fotos promocionales como la portavoz de imagen de la Joyería Fulan. Le llevó un esfuerzo considerable conseguir tiempo libre del set de grabación solo para venir a tomar estas fotos al mediodía. Quería aprovechar su impulso actual para promover aún más su carrera.