—El sentimiento de agravio de Shen Feichi dejó al Viejo Maestro Shen bastante desconcertado por un momento —comentó el narrador—. Sin embargo, siempre estaba tranquilo y no lo demostraría inmediatamente.
Por otro lado, Shen Juzhou, quien no podía mantener la compostura, elevó la voz con ira:
—Shen Feiwan, ¿viniste hoy solamente para incriminar a tu hermana? Después del incidente de anoche, pusiste la culpa en Shen Feichi. ¿Puedes ser más irracional? Todos saben muy bien qué tipo de persona es Feichi, y tu abuelo también lo sabe. ¡No intentes sembrar discordia aquí! ¡Nadie te creerá!
Shen Feiwan no tomó en serio la ira de Shen Juzhou.
Se volvió para mirar a Shen Feichi, que estaba arrodillado en el suelo:
—¿Afirmas que no tengo pruebas? ¿Realmente crees que puedes actuar sin fallas?