Fu Shiyan miró la pantalla de su teléfono encendiéndose y abrió la notificación para echar un vistazo.
Ming Qi podía intuir intuitivamente el animado estado de ánimo del jefe, que apenas estaba disimulado.
—¿Viniste a la compañía? —preguntó Fu Shiyan.
—Acabo de salir después de discutir el plan de rodaje con mi primo político.
—Has trabajado duro.
—Eso es lo que debo hacer —dijo Ji Zhihan—. Ahora voy camino a tu casa, para discutir algo con la tía.
—¿Qué pasó?
—Esta grabación implica la aparición del tío, y me temo que pueda rehusarse, así que necesito la ayuda de la tía.
—Hmm —Fu Shiyan no tuvo sugerencias que hacer sobre las ideas de planificación de Ji Zhihan y Shen Feiwan.
—Por cierto, tú también necesitas aparecer en ella.
—No hace falta —rechazó Fu Shiyan de inmediato, sin pensarlo.
—Es la prima política quien lo exigió encarecidamente.
—¿?
—Dijo que sería un desperdicio no usar tu hermoso rostro.
La ceja fruncida de Fu Shiyan pareció relajarse.