—¿Qué quieres, madre? —preguntó Melia directamente.
Al escuchar esa pregunta, Ambrosia solo sonrió,
—No hay nada en particular que quiera... —luego, sus ojos rojos se dirigieron hacia Nux y preguntó,
—Solo quiero una respuesta honesta. Ya sabías que estaba escuchando vuestra conversación, ¿no es así?
Nux entrecerró los ojos, Ambrosia, sin embargo, solo sonrió a Nux mientras esperaba la respuesta.
—Lo sabía.