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—Bueno, parece que al final conseguimos lo que queríamos —comentó Ren.
—De hecho, así fue —contestó Evie, y añadió—, siempre parecía que los problemas te encontraban dondequiera que fueras.
—¿Qué es la vida sin problemas, verdad? —Ren sonrió y tomó la mano de Evie entre las suyas.
—Una sin estrés, eso es seguro —comentó Evie de lado.
Habiendo alcanzado sus objetivos, Ren y Evie decidieron regresar a Salister Kane.
Después de decir adiós a Denric y este último decir que definitivamente se encontrarían de nuevo, los dos siguieron su camino.
El viaje de regreso a la Gran Capilla fue sin contratiempos teniendo en cuenta que pronto oscurecería.
El bosque, una vez un laberinto desalentador de peligro, ahora parecía recibirlos con un nuevo sentido de serenidad. Los árboles susurraban suavemente con la brisa, y los sonidos lejanos de la vida silvestre volvían al frente de su conciencia.