—Se sentía tan surrealista saber que su cuerpo estaba evolucionando y que adquiriría habilidades más allá de lo que un ser humano podía hacer —siempre que no le estuvieran tomando el pelo, claro está.
—Pero algo le decía a Ren que no era así. ¿Y qué podrían ganar engañándolo? Quizás una buena risa, pero aparte de eso, nada.
—La emoción de Ren crecía, y no pudo evitar indagar más. —Dime, ¿cuáles son estos poderes? ¿Qué puedes hacer?
—La expresión de Angélica se tornó seria; su voz teñida con un matiz de advertencia. —Regla número uno... nunca reveles tus habilidades. Ni siquiera a tu familia y amigos.
—¿Ahora había reglas? Las cejas de Ren se fruncieron con una mezcla de intriga. —¿Por qué?
—Confía en ella —dijo Joker—. Las nuevas reglas pronto reemplazarían a las antiguas, y la regla número uno es la más importante. Recuerda eso.
—Ren sintió que no le dirían, no importa cuánto insistiera, así que decidió dejarlo pasar.