Lurvana se acercó a él, su cuerpo casi tocando el suyo. —Quiero que me hagas pasar un buen rato —ronroneó, su voz baja y seductora—. Estoy terriblemente aburrida en esta fiesta, y podría usar un poco de emoción. ¿Qué dices? ¿Quieres besuquearte conmigo en la fuente?
Ren dio un paso atrás. Estaba acostumbrado a mujeres agresivas, pero no estaba acostumbrado a simplemente ignorarlas. Tenía que satisfacerla de una manera u otra. —Eh, no creo que sea una buena idea. Tengo novia y realmente no estoy interesado en ese tipo de cosas.
Lurvana rodó los ojos, luciendo aburrida. —Oh, por favor. No seas tan aburrido. Prometo que valdrá la pena.
Ren negó con la cabeza, sintiendo una mezcla de frustración e irritación. No estaba seguro de cómo manejarla, y no quería hacer nada que pusiera en peligro la misión. —Lo siento. Simplemente no estoy interesado. Quizás podrías encontrar a alguien más para... um... que te haga pasar un buen rato.