Varios enanos, que acababan de llegar al Elíseo, huían del centro de las Llanuras Aspiración.
Accidentalmente se aventuraron demasiado lejos mientras cazaban conejos con cuernos y no se dieron cuenta de que habían entrado en el territorio de los conejos cornudos enloquecidos, que eran monstruos de rango 2.
Uno de los enanos tropezó accidentalmente con el suelo mientras huía, haciendo que los conejos cornudos enloquecidos se fijaran en su pequeño cuerpo.
—¡No! ¡Sálvenme! —el chico enano gritó presa del miedo, pero nadie le prestó atención.
No era que los otros enanos no quisieran ayudarlo, sino que no había nada que pudieran hacer. Eran solo principiantes y ya tenían problemas luchando contra monstruos de rango 1, y mucho menos contra monstruos de rango 2, conocidos por su velocidad y movilidad.
El chico enano miró con horror cómo uno de los conejos cornudos enloquecidos se lanzaba hacia él con su afilado cuerno preparado para empalar su cuerpo.