—Lo siento hermano, te he fallado —dijo Max con voz pesada mientras un flujo constante de lágrimas recorría sus ojos.
El familiar aroma del cuerpo de su hermano, sumado a su presencia tranquila y su afecto era demasiado para que Max lo soportase frente a su propia culpa interna mientras finalmente rompía a llorar y abrazaba a su hermano sabiendo muy bien que todo era una ilusión.
—Jaja, está bien Max, es solo un poco de dinero, no es algo por lo que llorar —dijo Rudra mientras abrazaba fuertemente a Max y trataba de brindarle a su hermano el calor que tanto necesitaba.