(Unas horas más tarde)
Unas horas más tarde, el grupo se reunió una vez más en la habitación del motel en la que se alojaban, mientras Sebastián volvía con arañazos por todo el cuerpo y la barba medio afeitada.
Se veía sumamente gracioso con una de sus cejas con un corte limpio desde el centro y la parte izquierda de su espesa barba con un gran parche que faltaba en medio.
—Pfft, jajajajaja, ¿qué te pasó? ¿Quién te hizo esto? —preguntó Anna mientras Sebastián se arrancaba su propio cabello de la cabeza y decía:
—Fue la mujer oso.
—Mis 1.5 pulgadas eran demasiado para ella, comenzó a arañar y dañar mi pecho durante el coito. Cuando comenzó a gemir demasiado, mordió el pelo de mi barba, que arrancó limpiamente de mi cara cuando llegó al clímax. Ay, esos 1 minuto y 19 segundos fueron intensos —dijo Sebastián mientras narraba con orgullo su historia a Max, quien golpeaba su pecho y hacía una señal de V a Sebastián mostrando su apoyo mientras decía:
—Así se hace, colega.