Raquel cayó de rodillas, su rostro pálido y sus ojos abiertos en una mezcla de shock e incredulidad. La revelación la había golpeado con la fuerza de un martillo pilón, destrozando las ilusiones a las que se había aferrado.
Asher se encontraba de pie sobre ella, su mirada una tormenta de furia fría y desenfrenada. Sus ojos temblaban con una mezcla de ira y traición—Resulta que tu mamá en realidad no es un ángel, ¿verdad? Su voz era aguda, cada palabra destilaba desdén.
Las manos de Raquel temblaban mientras miraba al suelo, su mundo girando incontrolablemente. El dispositivo que habían implantado para escuchar a escondidas la conversación de Cecilia había revelado una verdad que nunca había imaginado.
La realización de que su madre estaba detrás del asesinato de los amigos de Cedric cayó como un rayo, enviando ondas de choque a través de todo su ser.