—Hey, ya estoy aquí, ¿dónde estás Amelia? —preguntó Damián con una sonrisa en su rostro.
Desde su Pulsera de Identificación le respondió una voz.
—Te enviaré la ubicación —habló Amelia.
—Hmm, está un poco lejos, llegaré pronto —respondió Damián.
Desconectó la llamada, mientras recorría el lugar buscando en el mapa la ubicación que Amelia le había dado.
Estaba lejos de ese lugar, pero no le tomaría demasiado tiempo a Damián llegar, así que decidió echar un vistazo a las cosas que se vendían aquí.
—Debería conseguir algo como un pequeño regalo —pensó Damián en su cabeza.
Como llegó tarde, no había pensado en nada y simplemente se apresuró a venir. Pero pensándolo bien, le pareció incorrecto llegar con las manos vacías.
Seguía mirando a su alrededor mientras observaba y se detenía en varios vendedores.
—¿Qué buscas joven, pareces preocupado? —preguntó la anciana que mantenía las flores frente a su tienda.