Anastasia estaba sentada en la cima del Castillo Negro mirando el oscuro cielo.
El cielo en el reino sombrío era negro azabache. No había nubes, estrellas, luna o cualquier otra cosa en el cielo del reino sombrío.
Todo el reino de las sombras estaba envuelto en un aura oscura sin una sola partícula de luz, lo que daba a los que lo contemplaban una sensación de soledad y desesperación.
—Han pasado más de treinta días desde que el Maestro restableció su conexión con el Reino de las Sombras. ¿Me pregunto cuándo volverá? —murmuró Anastasia para sí misma mirando el cielo negro.
¡Thud! ¡Thud! ¡Rat-tat-tat!
De repente Anastasia escuchó algunos sonidos y una expresión de fastidio apareció en su rostro.
—Estos malditos están atacando la entrada al Reino de las Sombras como si fuera la puerta del vecino —Anastasia agitó la mano y una pantalla apareció ante ella mostrando a algunos demonios atacando la entrada del portal del Reino de las Sombras.