Al entrar a la habitación, la tensión parecía aumentar mientras Emma y Aiden comenzaban a mirarse el uno al otro.
—No creo que necesitemos establecer una recompensa para el ganador; nuestra palabra es suficiente —dijo ella, creyendo que Aiden era un hombre de palabra.
No parecía ser el tipo de chico que engañaría a otros después de todo.
A simple vista, era bastante obvio que era de mente sencilla, incapaz de pensar a largo plazo.
Pero eso estaba lejos de la realidad.
La razón por la que parecía simple y tonto era su constante cara sin emociones que lo hacía ver de esa manera.
—Claro, pero ¿podemos matarnos aquí dentro? —preguntó Aiden ya que había visto antes un mensaje que decía que no podían morir de ningún modo aquí.
—Este lugar es un poco especial, como probablemente sabes es una recompensa de las pruebas superiores y es bastante valioso ya que permite que las personas dentro de él realicen batallas a vida o muerte sin el riesgo de morir realmente.